Los ejercicios de enfoque y desenfoque pueden ayudan a fortalecer los músculos oculares y mejoran la flexibilidad visual. He aquí algunos ejemplos:
Enfoque de cerca y de lejos:
Mantén un objeto cerca de los ojos y concéntrate en él durante unos segundos, luego desplaza la mirada hacia un objeto más lejano. Repite este proceso varias veces.
Lectura de letra pequeña:
Lee la letra pequeña de un libro o de una pantalla y, a continuación, cambia a una letra más grande. Alterna los tamaños para ejercitar la capacidad de enfoque.
Palmeo:
Cúbrase los ojos con las palmas de las manos sin presionar. Permanece así unos minutos, relajando los ojos y respirando profundamente
Rotación de foco:
Fije la mirada en un objeto y, a continuación, sin mover la cabeza, enfoque un objeto cercano y otro más lejano en rápida sucesión.
El reconocimiento del sonido es un proceso complejo que puede abordarse desde distintas perspectivas. Estas son algunas pautas generales para el reconocimiento de sonidos:
Conoce el contexto:
Comprender el entorno en el que tendrá lugar el reconocimiento del sonido. Factores como el ruido ambiental, la ubicación y la hora del día pueden afectar a la precisión del sistema.
Juegos de sonido:
Escucha una serie de sonidos ambientales e intenta identificar cada uno de ellos. Pueden ser sonidos de la naturaleza, de la ciudad, etc.
Historia oral:
Escucha un reportaje o una noticia en la radio o en un podcast y luego intenta repetir la información con detalle. Esto le ayudará a mejorar la retención auditiva y la concentración.
Meditación auditiva:
Dedica unos minutos al día a cerrar los ojos y concentrarte en los sonidos que te rodean. Esto puede ayudarle a mejorar su capacidad de atención auditiva.